sábado, 16 de octubre de 2010

Pensando...


Existe una pregunta qué desde
tiempos remotos hizo a los más grandes pensadores de la historia cuestionarse
una y otra vez hasta concluir en ideas que fueron sustentadas por varios de
ellos, ideas que fueron criticadas, repensadas. Esta pregunta implicó decenas de
contradicciones en las ideas de los pensadores; muchos de estos grandes
pensadores contradecían sus propias ideas en el transcurrir del tiempo.

¿Qué es el hombre?

Es una pregunta muy difícil, pregunta que no podré
responder de a ciencia exacta, ya que para eso debería de
formular una hipótesis, plantearla y dejarla a la intemperie para que sea
analizada, cuestionada, aceptada o negada. Todo esto me llevaría años de
estudio, de reflexión y de espera. En síntesis. No me interesa.



Algunas de las ideas fundamentales acerca de lo que es
el hombre son las siguientes: el hombre como ser religioso; el
hombre como ser racional; el hombre como ser instintivo,
entre otras.


La idea que más me llama a
investigarla, a suponerla, a replantearla para intentar entenderla, conocerla,
es la idea del hombre como ser racional mezclada o aunada con la idea del hombre
como ser instintivo.


¿Por qué? Sencillo.

El hombre como un ser racional, actúa racionalmente, es decir, utiliza a la razón
como herramienta para desenvolverse en el medio, como sistema de defensa contra
todo aquello que pueda herir o lastimar, la utiliza como un medio para llegar a
aquello que aspira llegar. El hombre actúa pensando, es decir, piensa antes de
actuar, mientras actúa y luego de haber cometido la acción. El hombre como ser
instintivo, actúa por medio del instinto, es decir, esta idea propone que entre
el hombre y el animal no hay diferencias de esencia sino de grado. Teniendo en
cuenta este postulado poder decir que el hombre en tan sólo un animal más
desarrollado que el resto en cuanto a "capacidad cerebral". Es por esto que
estas dos ideas son las que más me llaman.
Ahora bien.. ¿A qué viene todo esto? No lo sé.
Una persona como yo cuando algo lo inquieta o simplemente lo hace pensar, intenta por medio de las palabras expresar aquello que lo inquieta. Este texto es una muestra de una de las tantas inquietudes que se muestran en mi, pero no pueden ser expresadas de otra forma que es la escritura.
Espero que les guste todo aquello que escribo. O no.
Darío Sosa.





viernes, 15 de octubre de 2010

Temporalidades


Existen en la vida de las personas, de los animales, de las plantas, los planetas, las estrellas... momentos.


Existen momentos de todo tipos, momentos en los que se hace variedad inmensa de acciones. Existen los momentos. Un momento es un corte del tiempo, una temporalidad.


Estas temporalidades pueden ser bellas, extrañas, únicas, inestables; pueden ser ricas -en un amplio sentido de expresión-, maravillosas, pueden ser con una gran variedad de colores, gustos, formas, sentimientos, pensamientos y deseos.


Estos cortes de tiempo, unido uno tras otro forman una línea de tiempo... una línea que -aunque nosotros no le brindemos atención- está inmersa en nuestra vida. Esa línea de vez en cuando es iluminada por nuestra memoria, es decir, que al recordar espacios y tiempos creamos- a veces sin saberlo- una línea de tiempo que nos ayuda en la vida cotidiana.


Durante ciertos momentos o temporalidades algunas cosas o personas sufren cambios. Cambios que pueden ser buenos, otros que pueden ser malos. En mi caso, ninguno de los dos tipos de momentos define mi situación; mi cambio es extraordinario, hermoso, es uno de los cambio mas bellos que viví durante mi vida.


¿Qué cambia en la vida de una persona en tan corto tiempo?


Cada cambio está relacionado con lo que suceda en ese momento. Ciertos momentos tornan nuestras vidas diferentes, extraordinariamente diferentes. El presenciar una muerte puede ser un cambio traumático, el sufrir la muerte de alguien cercano puede ser traumático o no. En cambio presenciar y actuar en carne propia la existencia de lo que llamamos amor puede ser una de las más bellas que nos pase. Lo es en mi caso, lo es!.


continúa en "Temporalidades 2 y 3"

viernes, 8 de octubre de 2010

Caminos




La vidaaa... La vida está llena de caminos, caminos que nos llevan al mismo lugar pero que tienen -todos y cada uno de ellos- cursos diferentes entre sí.
Cada persona está dispuesta a un camino. Debemos enfrentar a ese camino que se nos dispuso. Debemos aprender a caminarlo, a seguirlo, a sobrevivirlo.



Hay caminos que son más dificiles de transitar que otros. No son imposibles, simplemente más dificiles. Caminos de llanuras podemos encontrar, llenos de montes y cordilleras también. Caminos cortos y largos, también hallaremos. En síntesis, variedad de caminos existen y disponen a nuestras vidas. Existen también caminos que en cierto punto encontramos en vacío, un precipicio, no tenemos opción. O si...?



Al transitarlos aprendemos cosas, muchas cosas son las que aprendemos; la mayoría de las cosas que aprendemos se sientan sobre errores, es decir, un error nos lleva a reflexionar, la reflexión hace que nos demos cuenta de aquel error que cometimos. Los seres humanos, como seres racionales que somos, aprendemos a no cometer el mismo error. De ese aprendizaje proviene otro; el de corregir ese error para no volver a cometerlo. Es como un viejo dicho que a lo largo del tiempo fué deformándose pero que hoy en día tiene el mismo significado que 60 años atras... "no debemos tropezar dos veces con la misma piedra".



Otra de las cosas que aprendemos a lo largo del camino es a sentir. No me refiero a sentir a travéz de los sentidos, sino a sentir a travéz del alma, del corazón. Dentro del amplio océano de sentimientos se encuentra el amor. Éste es uno de los más hermosos sentires, pero también es de los más traidores, dolorosos. No hablaremos sobre el amor -porque no es el tema- pero sí de su relación con los caminos de la vida.


Al transitar por el camino del que venimos hablando pueden pasar muchas cosas; entre ellas, se encuentra el cruce de caminos, es decir, en un determinado tramo te encontrás con otro camino, uno que se une al tuyo. Este puede ser un camino que perdure junto al tuyo durante días, meses, años ó mejor, durante toda la vida. De estos caminos -si no son los de toda la vida- hay muchos...

lunes, 4 de octubre de 2010

Mini relato


Miro a mi alrededor, nada. Levanto la vista, nada. Agacho la mirada, lo mismo; nada.

Camino en lo que se supone el futuro de lo que algún día fue el lugar que habité, que viví, que deseé.

Desidia es lo que encuentro sin buscar. Dolor en mis hombros se carga a medida que avanzo en esta triste e ignorada soledad. Desesperanza mi pasos encuentran en su caminar. Vuelvo a levantar la vista, observo mi alrededor y pienso " El mundo ha cambiado", "Sustantivos que se suponen abstractos se tornaron parte de la realidad, en acciones que la raza humana alguna vez realizó".

Las peleas, los gritos, las caídas, las muertes, la Guerra. El deseo de poder y el inmenso ego, que alguna vez existió, acabó con todo aquello que brindaba a este mundo algo de color, alegría, amor, de vida.

Me siento sobre un suelo lleno de odio y amor, de tristezas y penas, lleno de melancolía, de llantos, de vidas. En mi mente recuerdos de lo que algún día fue se deforman ante lo que veo, nada.

No siento ni pienso. Ya no veo ni imagino. No deseo ni contemplo. No quiero ya actuar ni aceptar esta realidad. Sólo lloro. El llanto y a su vez el desconsuelo invaden y quedan inmersos en mis ojos, en mi alma, en el mundo.

De repente una inmensidad de imágenes, colores y olores, de sentimientos y pensamientos, y tambíen recuerdos giraron en torno a mí. Una tempestad de todo eso aturdió mis oídos, nublo mi vista, mareo mi mente. De repente la oscuridad se apodera de mi.

Desperté.

viernes, 1 de octubre de 2010

Mi paraíso (parte 2)



Libre es como me siento en este momento. Libre como lo es la pluma de un ave que se desprende en vuelo y cae a la deriva... a la deriva de un lugar que jamás sabrá cual es, ya que viento puede hacer con ella lo que le plazca, puede llevarla a lugares muy lejanos a aquel dónde por razones de la naturaleza de desprendió de su cuidadora.






Miro al cielo, veo... ¿qué veo? veo el cielo, veo nubes blancas que se alejan muy despacio hacia nosé dónde. Pasa un ave por ensima mío, a lo alto. Su cantar se mezcla con la melodía que ya apreciaba.



de repente algo sucede... las montañas desaparecen. A lo lejos sólo veo soledad. Los sáuces se esfuman como si jamás hubiesen existido. El sonar del ave se distorsiona en el aire. La melodía... continúa. ¿Qué sucede? Mis ojos distinguen que algo se acerca. De la soledad surge una figura, la de una mujer.



El paraíso que antes era un lugar ahora se convierte en una compañía, una bella y distinguida compañía. Mi ser y el suyo hacen de la absoluta soledad, que hace un instante me rodeaba, el más cálido, apasionante y paradisíaco hospedaje.



Ahora mi paraíso es contigo.
Darío Sosa